La atmósfera se llenaba de tensión, Son Goku sentía una fascinación innegable.

Su mirada seguía cada curva de Bulma, cada movimiento.

La tentación era irresistible, una chispa se encendía entre ellos.

El aire se hacía denso con el anhelo no expresado.

Los susurros se volvieron jadeos mientras la ropa comenzaba a caer.

En un momento cumbre, Vegeta apareció en escena.

La conmoción era palpable, un triángulo amoroso se formaba.

Los misterios se desvelaban en medio de la fogosidad.

La bañera se transformó en el escenario de una noche inolvidable.

El líquido tibio acariciaba sus cuerpos.

Él y ella se entregaron a la fogosidad del momento.

Cada contacto encendía el fuego entre ellos.

La científica experimentaba una sensación nueva e poderosa.

El saiyajin descubría un lado diferente de su amiga.

El encuentro se profundizaba con cada aliento.

Los barreras se desvanecían entre ambos.

Una noche de desenfreno inesperada.

El goce era compartido, profundo.

Un momento que permanecería grabado para siempre.